«Para ver lo que hay, se ha de comprender, con toda claridad, que no hay ni sujetos ni objetos, ni individuos. Lo que es, es una ausencia completa y absoluta de todo eso. Esa ausencia completa, ese vacío total, es ser sin individualidad, es subjetividad pura sin dualidad ninguna. Está libre de formas aunque le conozcamos en formas; trasciende el mundo de todas nuestras realidades aunque le tengamos que conocer en ellas. Hay que aprender a buscar sabiendo que lo que se busca no es ningún objeto, sujeto o entidad, y sabiendo, también, que nadie está buscando. Esa es la gran pista: nada que buscar desde ningún sitio. ¿Cómo va a ser el Absoluto un sujeto, si los sujetos no son reales? ¿Cómo va a ser algo objetivo que busca un sujeto, si la noción de objeto surge de una ilusión?»
«Tampoco hay un Principio Absoluto y su manifestación, porque en el Absoluto no hay dualidad alguna. La manifestación pertenece a la naturaleza misma del Absoluto.» «Las apariencias son la presencia inmediata y directa del Absoluto. Lo que nuestros sentidos ven y oyen y nuestra carne toca, es la presencia inmediata y directa del Absoluto vacío de toda objetividad, de toda subjetividad y de toda entidad, pero directamente presente.»
(Marià Corbí, Más allá de los límites. Meditaciones sobre la unidad, CETR, Barcelona 2009, p. 15)
No hay comentarios:
Publicar un comentario